Nuestro país cuenta con enormes extensiones de tierras gfértiles, aptas para casi todos los cultivos y también con zonas óptimas para la cria de diversos ganados. Un verdadero privilegio.
Desde los comienzos de la organización nacional, españoles y criollos vislumbraron la riqueza agrícola ganadera de este territorio.
Manuel Belgrano, desde su cargo de Cónsul en 1794, a los 24 años de edad, fue uno de los impulsores del desarrollo de la agricultura y la ganadería en el Virreynato del Río de La Plata.
Sin descuidar su tarea en el Consulado, colabroró con el Semanario de Agricultura Industria y Comercio, impulsando las actividades del campo, no sólo para los terratenientes, sino para todos los ciudadanos.
El desarrollo de estas dos fuentes de riqueza, la agricultura y la ganadería, depende en gran medida de la tarea de técnicos e investigadores. Con el fin de formar a estos especialistas, el 6 de agosto de 1883 comenzó a funcionar la primera "Escuela de Ciencias Agrarias" en Lavallol, provincia de Buenos Aires.
En la actualidad hay establecimientos educativos de enseñanza agropecuaria en muchas provincias de nuestro país, donde se aprende entre otras cosas, las características de los suelos, las técnicas de cultivo, el manejo del ganado, enfermedades de vetgetales y animales, las tareas de la granja y el tambo, el uso de algunas maquinarias, el impacto ambiental, el uso de agroquímicos, la salud de los hombres y mujeres dedicadas a estas actividades, microemprendimientos agropecuarios, etc.
En un país como el nuestro, donde las grandes extensiones de tierra rodean a las poblaciones del interior, apoyar a la Enseñanza Agropecuaria es ayudar a crecer a nuestro país, por eso es necesaria la implementación de Políticas Educativas que impulsen establecimientos como el nuestro, donde los chicos de colonias vecinas y de nuestra ciudad, interesados en este tipo de aprendizaje, ingresan buscando un futuro mejor.
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